Las subjetividades modernas se construyen en torno a un eje situado "dentro" de sí mismas: un núcleo denso y misterioso, oculto pero esencial, en el cual la culpa desempeña un papel fundamental en la articulación entre los deseos prohibidos y la represión sociocultural encarnada en la ley o la moral. Algunos autores detectan un desplazamiento de ese eje en torno al cual se edifican las subjetividades contemporáneas, que estaría abandonando aquel espacio interiorizado para priorizar lo que se ve: el aspecto físico y el comportamiento visible, por ejemplo. Acompañando ese movimiento, la vergüenza estaría asumiendo un papel cada vez más significativo en la organización de la experiencia y en la configuración de esas subjetividades, destronando a la antigua supremacía de la culpa. ¿Está de acuerdo con esa hipótesis? ¿Considera que esa transformación histórica se verifica en su práctica psicoanalítica?
César Merea
Buenos Aires